lunes, 19 de marzo de 2012

el estrangulador de rillington place

1971. inglaterra. 111 minutos. drama. director: richard fleischer. reparto: richard attemborough, judy geeson, jhon hurt.
argumento: En el Londres de la posguerra una joven pareja y su bebé encuentran un hogar en el número 10 de Rillington Place, una preciosa vivienda cuyo inquilino del piso inferior, John Reginald Christie, resulta de lo más inquietante. Lo que desconocen ambos es su violento historial de asesinatos en serie de mujeres mediante gas y sus posteriores actos necrófilos, impulsos criminales que Beryl acabará reavivando en su mente

 Una mirada penetrante, una media-sonrisa inquietante y una expresión fría, cuasi glacial son las señas de un personaje que, más que erguirse como una mera herramienta, un simple títere a manos de Fleischer para desgranar una historia que parecía estar trazada a modo intriga, pero no lo está, posee los suficientes recovecos como para que el espectador pueda atisbar algo de la intensa humanización del personaje, y lo vea como algo más que un simple psicópata cuya única meta es cometer impúdicos y reprobables actos con el fin de llegar a un punto, pues aquí, el motivo, la causa, es eludida con enorme acierto para trazar un discurso audaz, sin ataduras de ningún tipo, que esquiva el efectismo tan propio de este tipo de cintas, y se vuelca en lo que podría haber entrañado mayor dificultad, acertando así de pleno, alcanzando geniales cualidades a la altura de pocos.

Además de ello, Fleischer, para llegar al punto deseado, no da ni un sólo rodeo: no inicia su propuesta como un policíaco en clave de thriller para luego pasar al drama desarraigado que nos servirá más tarde, no nos ofrece burdos giros sobre los que desarrollar su film y jugar al despiste con un espectador que en todo momento sabe donde está, y no se le ocurre cortar, lo más mínimo, las posibilidades que "10 Rillington Place" ofrece, huyendo así del huero artificio. De hecho, no se le ocurre ni por un sólo momento: en su primera secuencia, al desnudo, sin irrisorios enmascaros, sin juegos de fuera de campo y sin posibilidad de dar a equívocos, se nos presenta al asesino, in fraganti, en una de sus empresas por terminar con la vida de una apacible mujer de avanzada edad que, además, parece conocerle. Ahora si que no hay excusa.

A partir de ese momento, y desde que un increíble John Hurt que da una réplica bastante buena al estupendo, colosal y brutal Richard Attenborough, que con cada movimiento y cada gesto se come la pantalla como si los demás personajes no tuviesen derecho a coexistir en el relato, se impone una historia cruda y fuera de todo tópico, en la que nada es lo que parece y la trivialidad cinematográfica es desechada en pro de un realismo que le viene como anillo al dedo al film.
Pero mejor todavía es que ese realismo no sea un mero artefacto para contarnos que sí, en efecto, la historia que se nos relata fue real, y vaya más allá para hablarnos sobre la condición de un hombre que, en su absoluta frialdad y aspereza, permanecía escondido y temeroso, esperando el preciso día, la irremediable sentencia, por unos crímenes ante los que siempre tuvo completa conciencia, pero jamás la seguridad de llegar a un punto con toda aquella espiral de gélida crudeza.
 ohn Reginald Halliday Christie fue un reconocido asesino en serie nacido en Halifax, y quién durante los anos 40s y 50s asesinó a por lo menos ocho mujeres mediante estrangulación en su apartamento ubicado en 10 Rillington Place, Nothin Hill en Londres. Christie utilizaba gas doméstico para dejar semi-inconscientes a sus víctimas para proceder a la estrangulación y en alguno casos incluyendo violación durante el estado de inconsciencia y justo despues de sus muertes, lo que le dió cierta reputación de necrófilo. La mayoría de sus víctimas fueron enterradas en su jardín o escondidas detrás de una pared en su cocina. Cuando salió a la luz todo lo relacionado a Christie el caso tomo mucha notoriedad, y el journalista Ludovic Kennedy, un humanista dedicado, quién fue una figura importante contra la pena de muerte en el Reino Unido, y quién además rexaminó varios casos de dudosas sentencias como el de Timothy Evans, escribió el libro llamado "10 Rillington Place" basado en la historia de Evans. Timothy fue sentenciado por asesinar a su esposa y a su bebé cuando no pudo demostrar que en realidad los actos fueron cometidos por Christie. El libro de Ludovic a su vez sirvió como inspiración para la realización de este film, de la mano de Clive Exton quién hizo la adaptación. El director Neoyorkino, Richard Fleischer, quien tres anos antes había realizado otro film basado en un famoso asesino, "The Boston Strangler, 1968", volvió a los crudos eventos de la vida real para retratar la vida de Christie y sobretodo la epoca en que se relacionó con Timothy Evans y su esposa. El experimentado director le dió el papel principal a Sir. Richard Attenborough, un esplendido actor quién se metió de lleno en el papel de Christie asimilando su dualidad de hombre colaborador y psicópata. Attenborough hace un papel calmado, el de un hombre con una voz baja debido a una herida en la primera guerra mundial, alquién que inspira confianza pero a la vez dominio constante de la situación. Christie es un hombre manipulador y veloz mentalmente. A pesar de que el film no se mete en profundidad en la psique del personaje, pues en algo la roza pero se siente más como un thriller policiaco, Attenborough logra transmitir la excitación previa al asesinato y su placer al repetir, al hacer una y otra vez su pequeno ritual con el que le quita la vida a sus víctimas. Además de Attenborough, acompana John Hurt como Timothy Evans, un "simplón" como lo definen en el film, un ser iletrado e iluso, quién vive en un constante sueno de riqueza pero quién no tiene los pies sobre la tierra. El simplón totalmente creíble por cierto, esta exquisitamente retratado por Hurt quién fue nominado a los BAFTA como mejor actor de reparto en 1972, un gran reconocimiento para esta estupenda actuación.

10 Rillington Place es un film totalmente setentero, en el que los eventos se toman su tiempo en aparecer, todo se desarrolla contruyendo poco a poco los personajes, algo poco habitual en el cine moderno, pero que Fleischer realiza con gran pulso. El interes por la historia es constante asi como la mezcla de géneros, desde el thriller, partiendo desde el truculento asesinato incial hasta el cine de juicios y policiaco con el que se desarrolla gran parte de la segunda mitad del film. Fleischer decidió otorgarle al film una mirada documental (incluyendo algunas escenas filmadas en el lugar de los hechos), pues esta realizado de la forma más verídica posible, utilizando la cronología de los asesinatos y la posterior captura de Christie. El film se centra además en los sentimientos de los personajes, ubicados en una epoca crítica de la postguerra. Los protagonistas absolutos del film son Christie y Evans, los personajes masculinos, pues las mujeres serán relegadas al papel de víctimas.

10 Rillington Place es uno de los grandes films británicos, el cuál incluye un estupendo duelo interpretativo entre Attenborough y Hurt. Para los paladares que les gusta saborear las cosas despacio y que poco a poco se vaya construyendo la historia este es su film, asi tenga un final "anti-climático" que no fue capricho sino recreado fielmente a la realidad.
Pocos serial killers de la historia del cine resultan tan convincentes, grimosos y repulsivos como Richard Attenborough en El estrangulador de Rillington Place (1970), de Richard Fleischer.

Ya en la impresionante Plan siniestro, de Bryan Forbes, Attenborough había demostrado sus extraordinarias dotes interpretativas, su talento reposado y oscuro y su empatía con personajes atormentados, pero es en este thriller de Fleischer, El estrangulador de Rillington Place, basado en hechos reales, donde verdaderamente estremece y repugna, encarnando al infame psicópata John Reginald Christie.

Sin efectismos de ningún tipo ni truculencias vanas, Fleischer rubrica un film de apabullante tensión dramática, objetivo, sobrio y aséptico, duro como el cemento armado, que se distancia de casi todos los clichés del género y, cuarenta años después de su estreno, sigue asqueando y poniéndonos los pelos de punta.

Junto a Attenborough, el también grandioso John Hurt, manipulado como una marioneta, comparte escenario y miserias, haciendo de esta película una de las más sólidas y desasosegantes propuestas del cine de asesinos en serie del pasado siglo.
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Aterradora, imprescindible y tremenda.
Plasmación en la pantalla grande de las desdichadas y estremecedoras andanzas de un británico, John Reginald Christie, uno de los más célebres asesinos en serie de su país, y que fue acometida por Richard Fleischer, habida cuenta del éxito obtenido con su previa El estrangulador de Boston.

Christie es presentado en la película como un educado y flemático casero, perfectamente asentado en un apacible barrio obrero. Sin embargo, tras esa fachada podemos percibir a un hombre mezquino, taimado y cruel, y muy trastornado, que atraía a mujeres a su casa para aplicarles remedios médicos caseros de los que decía ser experto, aprovechando la ocasión para asesinarlas.

La inquietud que provoca El estrangulador de Rillington Place reside en que el asesino es alguien cercano, que puede ser cualquiera de nuestros vecinos. Fleischer rueda de manera distante y fría, sin juzgar a Christie, e incluso haciendo que el público se incomode al sentirse cómplice del asesino en algunos momentos.

Richard Attemborough interpreta muy bien al deleznable estrangulador, estando acompañado en el reparto por un infeliz y patético John Hurt (estupendo, como siempre), centrándose la película en la relación entre ambos, al ser éste uno de los inquilinos de Attemborough y víctima inocente de sus siniestras maquinaciones.
 Me agrada hablar del monográfico que nos está brindando el Círculo de Bellas Artes en Madrid, para conocer la filmografía de Richard Fleischer, y a pesar de que no estemos acudiendo mucha gente, a mí personalmente me está sirviendo para conocer a un director al que yo catalogaba de creador de films de encargo y de aventuras, pero me he dado cuenta que tiene en su haber varias gemas que todo cinéfilo debe conocer. Y una de estas perlas es El Estrangulador de Rillington Place.

Gran puesta en escena y basada en hechos reales, lo cual la hace más tétrica si cabe. Nos presenta la vida insulsa y poco atractiva de John Christie, un hombre de apariencia inofensiva, con buenos modales, de carácter tranquilo e incluso amable, y sobre todo muy inteligente, que se dedica a embaucar a inocentes y supersticiosas mujeres a las que somete a su voluntad, haciéndose pasar por curandero-mago. Es patético ver su instrumental de tortura, con la tetera esa, la goma inhaladora y la mugrienta soga, y a medida que transcurre la cinta se hace más insoportable la visión de estos. Muy logrado por Fleischer la casa, los interiores patéticos y oscuros de la casa-depósito de cadáveres, el malévolo armarito donde guarda estos maquiavélicos objetos mortales, con las cintas adhesivas esas que parecen una pequeña cruz invertida. Increíble. No me extraña que la película no tuviera gran éxito de taquilla en su momento. Ni el Hitchcock más cruel podía haber hecho este film. Hay momentos en los que Frenzy (Frenesí, Hitchcock) se convierte en Heidi viendo las andanzas de Christie.

Creo que es la película donde más me he movido de mi butaca incómodo, por las situaciones desagradables e injustas que nos muestra el ínclito Christie (paradójico que tenga el mismo apellido de la insigne creadora de whodunits y novelas policíacas, Agatha Christie). Es un ser de los más crueles que he visto nunca en el cine. Y por supuesto hay que reconocer la grandiosa actuación de Richard Attenborough.
 
¡Qué grande es Richard Fleischer!, tan variado como Kubrick pero no tan reconocido como él.
El cine es grandioso cuando se tiene talento. El realizador de la espléndida cinta "Los vikingos", nos regaló dos películas de dos seres despiados y parece ser que reales en ambos casos, el estrangulador de Boston y el de Rillington Place en el Reino Unido.
Comparando ambas películas, enormes las dos, diría que la realización de "El estrangulador de Boston" es más compleja, tanto en el apartado técnico (movimientos de cámara más experimentales y variedad de escenarios) como en la historia (el estrangulador tiene un oponente tan metódico como él) que "El estrangulador de Rillington Place". El horror del monstruo inglés Christie está centrado en su domicilio mientras que el de Di Salvo se hace manifiesto fuera de su entorno familiar.
La película en sí es un catálogo resumido del lado más oscuro del alma humana, reflejada en un asesino metódico, frío y sin motivaciones que nos enlaza con el Di Salvo de "El estrangulador de Boston" y el Henry de "Henry, retrato de un asesino".
Creo que esta película no es tan conocida como la del otro estrangulador de Fleischer, pero os aseguro que es igual de fascinante en su claustrofóbica sencillez.
 esta película estaba echa para televisión inglesa, basada en echos reales, la idea era hacer sin más una película de sobremesa. Pero director como actores, se conjuraron para ir más allá, y nos regalan una obra maestra imperecedera.... os puedo asegurar que es el mejor retrato psicologico de un serial killer de la historia, sin efectismos hollywoodienses, pero con una seriedad y frialdad tan pasmosas, que resulta mil veces más aterradora que cualquier golpe de efecto de hollywood... creo que voy a tener pesadillas  mucho tiempo con el señor christie. Obra maestra

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