Antes de imprimir fotografías conviene hacerles algunos ajustes con
cualquier programa de edición digital. El más importante de estos
ajustes es el realizado en la resolución de la imagen. Daremos más o
menos resolución en función del tamaño del papel en el que queramos
imprimir la foto. Lo habitual son 240 ppp para las fotografías más
pequeñas y 300 para las más grandes.
Al aumentar el número de puntos por pulgada de la imagen se reducirá el
tamaño del documento. Usar fotografías con alta resolución permite
incrementar el número de pixels y que el resultado sobre papel sea más
grande y óptimo.
Cada vez que realizamos un cambio y lo guardamos en un archivo .jpg éste
pierde información. Para evitarlo es recomendable convertir el .jpg en
un archivo con formato .tiff y hacer las modificaciones sobre él. Este
formato conserva toda la calidad de la imagen y permite guardar en .jpg
una vez finalizado el retoque.
Con los programas de edición digital podemos hacer retoques en las
fotografías hasta alcanzar el resultado deseado. Pequeños cambios en
algunos parámetros incrementarán la satisfacción con la fotografía. Los
ajustes más habituales y sencillos se realizan sobre el brillo, el
contraste o la saturación de los colores.
Algunos programas de retoque incorporan una herramienta de enfoque.
Conviene aplicarla al finalizar todo el proceso para realzar la nitidez
en nuestra fotografía. Es el momento de guardar el archivo en el formato
adecuado y comenzar el proceso de impresión.
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