objetivos.
Nunca sabemos con qué nos vamos a encontrar, así que un fotógrafo que
se precie debe tener objetivos para todas las situaciones, dependerá de
la inversión económica que podamos o queramos hacer. En general para
cubrir el máximo campo posible se opta por tener dos zoom. Uno que
incluya una focal angular y otro que sea teleobjetivo. El problema de
los zoom es que restan cierta calidad a determinadas fotografías, por
ello muchos profesionales optan por objetivos fijos, normalmente un
50mm.
fundas y mochilas.
Uno de los aspectos más importantes de la fotografía es cuidar el
material para que dure lo máximo posible conservando sus características
iniciales. Para ello se hace absolutamente necesario la utilización de
diferentes fundas o mochilas. Y no únicamente cuando nos desplacemos con
la cámara a lugares que entrañen cierto peligro como las playas o la
montaña. En nuestras propias casas, las cámaras y el resto del material,
deben estar bien protegidos contra golpes fortuitos o el contacto con
agua, polvo, etc.
tripode.
Al igual que pasa con los objetivos, debemos ser lo suficientemente
previsores como para fotografía lo que sea y en cualquier momento. Para
ello el trípode es la mejor arma del fotógrafo. Existe mucha variedad y
dependencia del tipo de fotografía que se vaya a realizar, pero este
artilugio puede ser la diferencia entre una fotografía movida y una gran
instantánea.
filtros.
Hay multitud de filtros en el mercado. Por un lado, están aquellos que
ayudan al fotógrafo a mejorar la calidad de las imágenes como los
polarizadores, infrarrojos, uv, de densidad neutra, etc. Y por otro una
interminable colección de filtros artísticos. Estos últimos son una de
las excelentes herencias de la fotografía analógica, ya que hoy en día
con la digitalización de las imágenes estos efectos se pueden realizar a
posteriori. Aún así hay muchos fotógrafos que siguen apostando por
ellos durante la toma.
flashes.
La mayoría de usuarios no necesitan ni utilizan nunca el flash, pero en
algunas ocasiones es el único recurso para contrarrestar las
condiciones adversas de luz, a las que el pequeño flash de la cámara no
puede hacer frente. El flash más utilizado es el de cobra, por su
facilidad de transporte y colocación, aunque existen otros modelos como
el anular o el de antorcha.
baterias No existe peor
sensación para un fotógrafo que cuando se le acaba la batería y no hay
posibilidad de recargarla. Por ello lo más normal es contar con dos o
incluso tres baterías que nos permitan hacer largos viajes sin necesidad
de buscar un enchufe, además de tener que llevarnos el cargador.
-material de limpieza .
Los objetivos y los filtros deben estar siempre lo más limpio posible.
Para ello como mínimo se debe contar con una gamuza especial para
ópticas o cristales y alguna fuente de aire para retirar el polvo sin
necesidad de tocar y provocar posibles ralladuras.
- tarjetas de memoria.
No siempre se puede llevar encima un portátil o cualquier otro
dispositivo externo donde volcar las fotografías. Cuanto más tarjetas y
de mayor capacidad mejor, siempre dentro un límite razonable. También
hay que tener en cuenta la velocidad de captura de estas, sobre todo si
tenemos pensado hacer ráfagas.
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