martes, 10 de julio de 2012

el caballero del temple josé luis corral

De esta forma la experiencia vital de Jaime de Castelnou nos permite trasladarnos a finales del siglo XIII, donde seremos testigos de la caída de la ciudad de San Juan de Acre, la última posesión de los cruzados en Tierra Santa. Aunque este no es el único escenario de la novela, si no el primero. Acompañando al caballero de Castelnou nos trasladaremos a la corte de los reyes armenio y mongol en busca de una nueva alianza contra el auge del poder sarraceno; participaremos en las sangrientas campañas de los almogávares catalanes en territorio bizantino bajo la dirección de Roger de Flor y seremos testigos de la maniobra de desacreditación que contra la Orden dirigió el monarca francés Felipe IV y que condujo al desmantelamiento de la misma.
La obra, así, se divide en varios capítulos y escenarios que hacen avanzar la trama hacia el punto culminante de la historia de la Orden del Temple. Corral, además, dedica parte de la narración, como no podía ser de otra forma, al Santo Grial, la copa que utilizó Jesucristo en la Última cena, un reliquia íntimamente ligada al Temple. Aunque, y como tampoco podía ser de otra forma, Corral presenta el Grial en su aspecto más histórico y menos legendario, dando de esta forma a la narración un toque mucho más verosímil y real que mucha de la bibliografía “fantástica” que acostumbra a acompañar a esta santa reliquia. Algo que podíamos ya esperar después de leer el último capítulo de Breve Historia de la Orden del Temple, dedicado por Corral a desmitificar uno de los mitos más conocidos y exagerados de la historia medieval. Y es un acierto esta pincelada más realista, e incluso me arriesgaría a decir laica, sobre la historia de una de las reliquias más maltratadas por la historia.
El caballero del templo nos narra de esta manera el itinerario vital de un caballero cruzado en una época en la que el espíritu que guiaba la cruzada, la religión y el ideal caballeresco había desaparecido o estaban a punto de desparecer. Veremos, así, como la educación en los principios caballerescos de Jaime lo llevan a contemplar con unos ojos caducos la evolución de la sociedad y del mundo cristiano del momento. Y de cómo todo aquello en lo que creía, o aquello en lo que le habían enseñado a creer, pierde sentido y realidad, desapareciendo. Seguramente es este la cuestión que le interesaba a Corral tratar en su novela, el viaje vital de un caballero templario cuando la caballería y el Temple han dejado ya de representar algo en la sociedad cristiana del los siglos XIII y XIV. Y de ahí el toque decadente de la novela, que nos narra la historia del final de una forma de vida y de entender la historia y la sociedad del momento.
Para entender lo que fueron los templarios, está es la novela histórica que buscabais, aparte de que desmitifica mil rumores sobre ellos, y aclara cosas sobre su desapareción.
Sobre la novela en si, se lee rápida, algunos pasajes con más placer que otros, la segunda parte de la novela, pues decae mucho el ritmo, y tienes la impresión de que el protagonista se dedica a vagar por las hojas mientras el tedio crece.
Los personajes.... planos cómo lenguados. Del protagonista nada se puede decir, no sabemos nada de su personalidad.... y es que corral no sigue las directrices del buen novelista: la personalidad de los protagonistas son los que tejen la trama. Aqui solo hay trama, pero no hay personajes, carecen de interés. Por lo tanto es una novela amena sin más, para los interesados en la temática de los templarios, pero no es literatura de altos vuelos, si quereis novela histórica de la buena: robert graves es vuestro hombre.

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