domingo, 23 de septiembre de 2012

el papel albuminado

Éste proporcionaba imágenes de un brillo hasta entonces desconocido. Las proteínas impedían que la imagen traspasara la capa fotosensible y se difuminara entre las imperfecciones del papel. La imagen se fijaba con cloruro de oro, lo que le conferia mayor duración y una agradable tonalidad parda, rojiza, o violácea. Las fórmulas de Saint-Victor, Blanquart, Le gray, Poitevin y también de Talbot se sucedieron en breve, reduciendo sensiblemente el tiempo de exposición y logrando calidades tales que prolongarin  el uso del papel albuminado entre los fotógrafos de la siguiente generación. Se utilizaron millones de huevos para la producción de ese papel, y cómo sólo se aprovechaba la clara, la yema desechada se tiraba o iba a parar a manos de los pasteleros o de los curtidores.

Este recubrimiento de huevo únicamente impermeabiliza al papel, sellando las fibras para aumentar la nitidez de la imagen, incrementar el brillo y la densidad. La fotosensibilidad necesaria para crear la impresión nada tiene que ver con la albúmina, sino que es lograda por la flotación del papel en una solución de sales de nitrato de plata que permanecen en suspensión sobre la capa de albúmina sin impregnar las fibras de papel.
El tiempo de exposición podía variar dependiendo de varios factores pero bajo la luz directa del sol podía comprender desde cinco hasta 10 minutos o incluso horas bajo una luz muy débil. 
 

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