lunes, 10 de septiembre de 2012

la noche del terror ciego

1971. 91 minutos. España. terror-erotismo-fantástico. Director: amando de ossorio. rodada entre madrid y lisboa. Reparto: lone fleming, césar burner, helen harp, verónica llimera.
sinopsis:  Bette llega a Lisboa por motivos de trabajo, donde encuentra a Virginia, antigua compañera de internado, la cual está acompañada por Roger. Los tres deciden pasar unos días en un parador de turismo. Viajan en un pintoresco tren y pronto se despiertan los celos entre las dos amigas. Virginia decide bajarse del tren y llega a un pueblo desierto presidido por una abadía. Se acomoda en una de las casas y se dispone a dormir, cuando empiezan a ocurrir cosas extrañas y terribles. Mientras tanto Roger y Bette han pasando la noche en el parador y están intranquilos por su amiga y buscan ir en su busca.

Durante los primeros años 70 no era de extrañar que el régimen franquista censurara abiertamente al cine de género español. No en vano esta clase de films suponía un soplo de aire fresco, una forma un tanto lateral, si se quiere, de poder mostrar aquello que estaba prohibido. Erotismo de baja intensidad, desnudos femeninos, libertad sexual….Todo ello formando un miasma que debía saber a gloria para aquellos que necesitaban respirar aire fresco y una condena para quién había hecho de las cadenas artísticas (y de todas clases) su forma de vida. Sí, el género fantástico y de terror, pese a su escasez de medios representaba una vía de escape ideológica para muchos y, además, una nueva forma de exploración del arte cinematográfico, un manual de estilo donde la escasez de medios obligaba a buscar nuevos recursos estilísticos, una manera, en definitiva de reinventar el anquilosado cine español.

Lo realmente sorprendente del caso es que con la llegada de la democracia y las libertades no sólo no se reconociera la aportación de gente como Jesús Franco o Amando de Ossorio sino que las mentes intelectuales preclaras de las instituciones públicas decidieran borrar a golpe de subvención la posibilidad de seguir realizando estos films en beneficio de un cine, llamémoslo de calidad. El resultado final es de sobra conocido, el cine español convertido en un páramo donde sus producciones, en la gran mayoría de los casos, se mueven entre la comedia de tono mas chusco, la temática guerra civilesca, la intelectualización pedante a lo Isabel Coixet o los dos islotes de presunta calidad llamados Almodóvar y Amenábar.

Esto no significa en absoluto que films como La noche del terror ciego (1971) fueran un dechado de calidad ni mucho menos, pero sin embargo sí aportaban una serie de valores cinematográficos destacables. De entrada hallamos algo tan postmoderno como la autoreferenciación y el lenguaje metacinematográfico. Efectivamente Ossorio demuestra conocer por donde van los tiros de la cinamtografía de terror de la época y nos manufactura un producto que respira, en cuanto a ambientación, a cualquier producto de la Hammer y cuya temática y desarrollo encuentra ecos en el Romero de La Noche de los muertos vivientes. Sin embargo el cineasta, lejos de explotar el filón y realizar un ejercicio de mimetismo decide pasar la trama por el filtro histórico y convertir lo que podría ser un mero film rutinario de zombis en una original apuesta por un elemento histórico y, a la vez fuente de mitología como son los caballeros templarios.
 Ciertamente esta película resulta interesante y cuenta con una idea conceptual que podía haber dado mucho más de sí. En conjunto resulta algo irregular, pues cuenta tanto con las típicas "españoladas" de la época (cutrez y casposidad de personajes, determinadas partes de la banda sonora así como del desarrollo argumental que resultan más propios de otros géneros, escenas de erotismo metidas con calzador, lagunas en el guión, escasez de medios, ...), como con toques auténticos y genuínos de terror propiamente ibérico que rezuma autenticidad (por estar rodado en parajes naturales y ruinas auténticas y reales, lo que le hace ganar muchos puntos), se consigue crear un genial atmósfera tétrica a lo que ayuda enormemente algunos momentos bien conseguidos de su banda sonora. Por tanto he aquí una balanza que para unos se inclinará en lo negativo y para otros en positivo. Para mí se inclina en lo positivo, pues aunque otro director con más destreza y con más medios (todo hay que decirlo) hubiera sacado mucho más partido a la base argumental de monjes templarios-zombies, esta película, "a medio gas" consiguió traspasar fronteras y hacerse un hueco entre las pelis de culto de los aficionados al cine de terror. Con lo que cabe preguntarse ¿qué hubiera sucedido si se hubieran exprimido más y mejor todas las posibilidades de una idea conceptual tan buena?. Si algún avispado productor decide hacer un remake en condiciones, tal vez se encuentre respuesta a la pregunta.

 Es un interesante y original ejercicio que combina terror zombie con temática satánica.

El filme tiene valor por ofrecer cine zombie en pleno 1971. Digamos que es una de las primeras cintas europeas que bebe directamente de la obra de George Romero de 1968 “Night of the Living Dead”.

Es bien sugerente desde los escenarios y las locaciones fílmicas: ruinas medievales abandonadas y muchos espacios campestres al descubierto.

Desde lo técnico podemos mencionar que la cinta es típica serie B donde los efectos especiales son rebuscados para suplir las carencias económicas.

Hay además un digno trabajo de maquillaje y de vestuario para recrear lo fantasioso.

También exhibe como recurso del lenguaje cinematográfico la utilización de flash-backs que nos van empapando de los acontecimientos del pasado, para comprender de esa manera el cuadro de situación que se presenta en el conflicto principal.

El filme va cambiando de registros durante su desarrollo, oscilando entre el típico survival donde un grupo de caballeros medievales zombies atacan a todo aquel que se aproxime a sus tumbas, mientras que por el otro lado hay paralelamente una investigación sobre la leyenda que explica el origen de tal fenómeno sobrenatural. También aparecen algunas subtramas que hacen que el filme modifique un tanto su carácter: de la tensión a la investigación, pasando por el toque sexual para derivar por momentos en lo truculento y gore.

Y además es menester mencionar que la cinta es sugestiva en determinados pasajes porque desarrolla algunas secuencias un tanto subidas de tono desde lo sexual y otras donde hay algunos salpicones eróticos. A ello coadyuva el elenco femenino agraciado desde su belleza externa.

En contra:

Es un tanto tosca en su narración y por allí se le nota la falta de capacidad de Amando de Ossorio para conseguir un argumento más complejo, homogéneo en intensidad y no tan delirante.

Es bastante ilógica en los comportamientos de algunos personajes.

Palabras claves: Zombies, satanismo, leyenda medieval, tensión sexual, Serie B, temática sobrenatural
 Esta peli es la primera de una serie de cuatro entregas que realizó Amando de Ossorio sobre unos monstruos asesinos muy particulares: los espíritus de una secta de caballeros templarios medievales; condenados y ejecutados por sus sangrientos crímenes rituales, vuelven a la vida siglos después, encarnados en esqueletos encapuchados montados a caballo que se cargan a todos los que osan entrar en las ruinas de su monasterio abandonado. Con este argumento, tratándose de cine hispano de los 70, sólo podían salir películas cutres de serie b, y efectivamente así es. De las cuatro, sólo he visto ésta y la segunda, El ataque de los muertos sin ojos, y sorprendentemente, en mi opinión, hay un abismo entre una y otra. Había visto primero El ataque de los muertos sin ojos, que aunque es una cinta con pobreza de medios y momentos gore risibles, también tiene escenas de tensión muy conseguidas, una atmósfera tétrica bastante inquietante, y cuenta con los grandes Esperanza Roy y Fernando Sancho. Después vi La noche del terror ciego pensando que sería parecida, pero ¡qué decepción! Son los mismos esqueletos, pero aquí sólo vi un subproducto casposo, con los tópicos del peor cine de destape, escenas lésbicas que no vienen a cuento, violaciones en cementerios, y torturas padecidas por mozas de buen ver (que se tienen que desnudar por exigencias del guión). Gratuitamente escabrosa, incoherente y disparatada. Recomendada sólo para estudiosos de la historia del cine fantástico español o para voyeurs con ligeras tendencias sadomasoquistas. Es increíble que una película tan chapucera diera lugar a una secuela tan interesante, aunque El ataque de los muertos sin ojos es más bien un remake muy mejorado, y hecho por el mismo director. Pero bueno, ésta es sólo mi opinión, que, a juzgar por las críticas que he visto de las dos pelis, es contraria a la del resto de la humanidad, qué le vamos a hacer.
 Lo que más valoro del cine de terror español de los 70 es que era auténtico, cien por cien nuestro, libre de imitaciones. Muy diferente al de ahora, que suele ser calcado al norteamericano, algo que no acabo de entender porque si de algo estamos sobrados en España es de historias y leyendas misteriosas. Por eso, que Amando de Ossorio se atreviera con una historia de zombies templarios es arriesgado a la vez que encomiable. Esta primera parte cuenta con errores técnicos que no hacen sino evidenciar la falta de medios que existía en el cine español de entonces, además de un reparto algo deficiente y poco convincente. Pese a todo, resultan sorprendentes algunas de sus escenas así como su estética.

Se trata de un ejercicio de cine sin complejos, natural, puro. No importa si en una misma secuencia a veces es de día y a veces de noche, o si los efectos especiales son deficientes. Sólo por la historia y la valentía del director merece la pena su visionado.
 Coproducción hispano-lusa de INDISCUTIBLE calidad grabada en Portugal y Madrid, con algunos de los desnudos menos gratuitos del fantaterror español y el euroterror de su tiempo. Hay una aventura lésbica que no viene a cuento, o una escena en la que una de las chavalas se desviste y enseña el culo de forma absolutamente injustificada. Ni Medem lo habría hecho. Eso por no hablar de cuando los templarios secuestran a una rubia y se la comen a bocados, literalmente, empezando por los pechos. Gran peli, en serio, bastante mejor que las de Miguel Madrid, J.M. Elorrieta o muchas de Jess Franco.

Con "La noche del terror ciego", el coruñés Amando de Ossorio comenzaría su peculiar saga de muertos vivientes templarios, saga que conoció hasta tres títulos más, títulos por otra parte bastante bien considerados fuera de nuestras fronteras (para el interesado, ahí van algunos de los títulos que conoció la peli: "Tombs of the blind dead", la más simple "The Blind dead" e incluso el absurdo "Revenge from Planet Ape", porque ya me dirán qué monos salen en ésta cinta, exceptuando algún extra portugués). No es de extrañar, ya que Ossorio consigue con ésta cinta inaugurar una forma hasta entonces inexplorada de tratar el tema zombi: muertos vivientes templarios, herejes, ciegos y a caballo. Que los caballos sean vivientes o no es algo que no queda resuelto, lo que sí podemos afirmar es que Ossorio resuelve con maestría el delicado movimiento zombi, alternando la slow motion con los registros a velocidad normal, y andando. ¿Influencias? Romero, Becquer, Franco (los dos, Francisco y Jess), la Hammer y la grifa. ¿Resultado? Una película que, de haber sido realizada por un rumano, un panameño o por un argelino, hoy sería considerada una OBRA MAESTRA. Así de fácil. Eso sí -y como bien decía un blog a propósito de la peli-, que alguien me haga el favor de decirme en qué escena en concreto sale Quique Camoiras, anunciado ante mi estupefacción en los magníficos títulos de crédito, y al que no se le ve el peluquín en ningún momento. A la que sí se la ve, y muy bien, es a una tal Britt Nichols, que hace de doncella sacrificada: cinematográficamente hablando, a ésta portuguesa no la debían conocer ni en su casa a la hora de almorçar, eso sí, buena estaba como ella sóla.
fallos de guión, personajes que reaccionan de manera incomprensible, frases sin desarrollar, fallos de la cámara, es desastrosa.... en tonces porque es todo un clásico? por la época. año 1971, plena dictadura en España, y el señor Ossorio, se atreve en los primeros 5 minutos, hacer un desnudo femenino, y que dos tias se besen, lo nunca visto en este país. El resto de porque es un clásico, por los zombies.... la verdad es que están muy bien conseguidos, esos templarios harapientos que se alimentan de sangre, es una pena que no contara más la historia de cómo quisieron desafiar a Dios para lograr la inmortalidad, y fueron quemados vivos. El resto de la filmografia de Ossorio, pues arrasó tanto en los estados unidos y en Alemania con esta peli,( en España muy pocos cines se atrevieron a echarla)  que sacó una tetralogía. el resto de su filmografia, pues pelis de terror y erotismo de la más diversa índole. aunque siempre será recordado por sus templarios, para bien y para mal.

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