En la década de los 1920, William Longley
estaba estudiando peces, y esto causo una intriga en él, ya que decidió
fotografiarlos, en su hábitat natural con la toma de imágenes a color.
Esto no había sido realizado previamente. El método utilizado por
Longley consistía en fotografiar objetos estacionarios como corales,
anémonas y abanicos de mar. Aun así, esto requería de una exposición de
más de 10 segundos y las imágenes resultaban oscuras. Al no obtener el
resultado deseado, Longley optó por utilizar polvo de magnesio, una
substancia altamente explosiva, para iluminar con más claridad bajo el
agua, y así poder obtener las imágenes con mayor iluminación y color.
Una vez reveladas las imágenes, éstas presentaban a los peces de una
manera sumamente clara y colorida.
Las primeras cámaras fotográficas para uso subacuático, y
comercializadas para la venta, aparecieron hacia el año 1960. Se trataba
de una pequeña cámara, que tenía como nombre calypshot
y en cuyo desarrollo y comercialización tuvo una participación
imprescindible un hombre cuya vida ha estado siempre relacionada con el
mundo submarino, Costeau .
Era una cámara anfibia de construcción muy resistente, resistente a la
inmersión en agua hasta 40 m, de visor independiente no réflex y que producía error de paralaje (i.e.,no
se ve exactamente lo que se fotografía). Esto se conseguía gracias a
unas juntas tóricas de estanqueidad, que impedían la penetración del
agua por las zonas móviles y articuladas del cuerpo de la cámara y de
los objetivos. Estas cámaras se mantuvieron a la venta, con distintas
versiones modernizadas y bajo el nombre de serie “Nikonos” -que abarcó desde la serie I hasta la V- hasta el año 2002, en que dejó de fabricarse el último modelo de la saga, la Nikonos V Aún actualmente se pueden encontrar estas cámaras en el mercado de segunda mano.
Aunque la Nikonos ha sido el emblema de las cámaras anfibias, no ha
sido la única, y otras empresas también han fabricado cámaras de este
tipo, como la motomarine entre otras.
Con la aparición de la cámara reflex ,
se optó por una nueva solución. Construir cajas estancas (mediante
juntas tóricas de estanqueidad) para introducir en ellas algunos modelos
de cámaras réflex y poner en la superficie de la caja unos mandos que
la atravesasen y nos permitiesen accionar los de la propia cámara
fotográfica.
Con esto se conseguían importantes avances en la realización de las
fotografías, ya que además de la visión réflex (a través del propio
objetivo de la cámara), se podían usar todos los automatismos que poseen
estas cámaras y de los que carecían las cámaras anfibias. Esta es la
forma en que se han venido realizando la mayoría de las fotografías
subacuáticas, y aún se siguen haciendo actualmente, que se pueden ver
publicadas en las revistas especializadas en temas submarinos.
Sin embargo, en los últimos años, la popularización de la fotografía
digital y el submarinismo ha propiciado la aparición de una enorme
cantidad de cámaras fotográficas digitales de formato compacto, para
muchas de las cuales se vende como accesorio una pequeña caja estanca
que permite su uso bajo el agua hasta las profundidades en que se suele
practicar el buceo deportivo. La popularización de este sistema
fotográfico nadie la pone en duda, debido en gran parte a las ventajas
que presenta sobre la fotografía química . Entre ellas cabe citar:
- Capacidad de tarjeta de memoria frente a los 36 fotogramas;
- Visualización inmediata de la fotografía realizada en la pantalla TFT que poseen estas cámaras;
- Mejor respuestas en condiciones fotográficas de baja luminosidad,
algo habitual bajo el agua, lo que permite realizar fotografías sin
"flash" o "de ambiente
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