domingo, 30 de octubre de 2016

Plenilunio de Molina

Sinopsis: Un inspector de policía, cuyo nombre no se menciona en la novela, es trasladado a una pequeña ciudad de provincias del Sur de España, tras haber estado destinado una buena parte de su vida profesional en la ciudad de Bilbao , donde sufrió el acoso del mundo cercano a ETA lo que provocó el deterioro mental y posterior ingreso en un centro psiquiátrico de su esposa. En su nuevo destino, la población en la que transcurrió su infancia, deberá enfrentarse a un asesino psicópata que comete crímenes de niñas y adolescentes en las noches de luna llena. En su investigación, interactúa con quien fuera su maestro de escuela, el Padre Orduña, con la profesora Susana Grey, de la que se enamora, y con el forense Ferreras.

Opinión Personal: No os acerqueis a esta novela pensando que es un Thriller porque no lo es, es una novela de personajes. La primera parte de la novela se centra en presentarnos al inspector. Un hombre solitario cuya mujer esta ingresada en el psiquiátrico porque no pudo aguantar la presión de vivir junto a un hombre amenazado de muerte.
A través del personaje del padre Orduña vamos sabiendo mas cosas sobre el inspector. Su infancia, su horfandad y su profunda tristeza y soledad. El padre Orduña es un personaje que tan solo nos sirve para acercarnos al personaje del inspector, sirve de catalizador para canalizar sus pensamientos y acercar al lector a su forma de ser. Incomprensiblemente el padre Orduña pierde todo el protagonismo en la segunda parte de la novela. Digamos que cumplió su misión de mostrarle quien es realmente y que deje de contenerse para expresarse libremente y desaparece. No me gusto que perdiera protagonismo porque era un muy buen personaje con las reflexiones sobre la vida mas interesantes.
A su vez, nos muestran el asesinato de Fatima entre todos los ángulos posibles. Desde el punto de vista de la niña, el punto de vista de la familia y la obsesión del inspector por buscar al asesino. No es un Thriller así que no se dedica a buscar pruebas y a atar cabos, sino que trata sobre la profunda huella que deja en todos los personajes este asesinato.
Después los personajes van teniendo sus propios capítulos. El padre Orduña en la primera parte y sus reflexiones, el inspector, el forense Ferreras, la maestra Susana Grey y el asesino. Esta es la parte mas interesante de la novela.
Se intercalan los dialogos íntimos del asesino y del inspector, la búsqueda del gato y ratón y sus pensamientos intimos, un duelo trepidante entre ambos que no se conocen pero sueñan con el momento de conocerse, uno para aplastarlo como una colilla y el otro para fardar de sus " logros" la mente enferma contra la mente atormentada del que tiene que ver actos miserables y ponerles freno, alguién que no cree en la justicia y que sabe que el asesino saldrá libre a los 10 años y volverá a sus malos hábitos, destrozando vidas.
De repente el asesino pierde protagonismo y lo gana el inspector y su relación amorosa inesperada con la maestra de la niña, Susana Grey. Lo mal que se siente el inspector en un primer momento por ser adultero, el con otra mujer mientras la suya está ingresada en un sanatorio. Un amor desesperado entre dos almas solitarias y que piensan que ya paso el último tren, es una historia de amor sobria, concisa y sin florituras con sabor amargo y con redención. Digamos que es una rendija a la luminosidad, hacia la vida. Dentro del infierno surge ese rayo de esperanza que es el amor. Me aburrió bastante la historia de amor, debo confesarlo y es que el amor no es para contarlo, sino para vivirlo. Yo si tuviera que contar la historia de amor con mi mujer, 11 años juntos, no sabría contarla y no desearía tampoco contarla. Son imágenes que se me vienen a la cabeza, momentos que tan solo me interesan a mi y a ella. Pero esto es una opinión personal, el caso es que me corta el hilo de la narración, pero entiendo que Molina quiere hacer una historia de personajes y desarrollarlo bajo una situación límite y muy trágica. Está bien contado y bien hilvanado así que nada que objetar.
El asesino está bien dibujado aunque la parte final cuando abraza el cristianismo es un mero cliché para sacarselo de encima y es que esa es la impresión que deja la novela, que el asesinato de Fátima y el asesino no tienen importancia para centrarse tan solo en la figura del inspector.
El asesino vuelve a actuar pero le sale el tiro por la culata y lo acaban cojiendo, algo previsible pero muy bien contado, sin estridencias y sin utilizar trucos del Thriller para que la tensión vaya en aumento, contado de una forma muy natural y sin show alguno, sobrio.
Queda tan solo por desvelar el final de la historia de amor, luminoso, esperanzador pero también amargo con un último giro en las últimas páginas, un viejo fantasma que siempre estuvo rondando al inspector durante toda la novela que es un testigo mudo pero que pasa a cobrar su protagonismo a última hora. Me falta tan solo hablar del estilo narrativo de Molina. No utiliza apenas los diálogos y tira mucho del monólogo interior, de la descripción en tercera persona y puede parecer engorroso pero no lo es, al menos en la primera parte de la novela donde logra un gran ritmo narrativo. Digamos que Molina no quiere ser mero testigo de unos hechos y narrarlos de forma fria, quiere calificarlos y anteponer las emociones que estos causan, los destragos en la personalidad de sus personajes aunque esto suponga un pequeño freno hacia el avance de la novela.
Personajes muy bien elaborados y que con el paso de las páginas se van definiendo poco a poco de forma natural, una historia que te atrapa en la primera parte pero que va perdiendo fuelle poco a poco, de todas formas me parece un muy buen escritor y una historia que te hará reflexionar, recomendable. 

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